Diario de viaje

Sur de la Patagonia y vuelta a Buenos Aires

10 enero, 2018


Seguimos a dedo por el Sur de la Patagonia

Antes de volver a Buenos Aires para pasar las Navidades en familia, aprovechamos para recorrer el sur del sur de Argentina. Seguimos viajando a dedo y conocimos a mucha gente diferente, mucha gente del norte de Argentina que vivía en el sur porque los sueldos y el nivel de vida son mayores.

Normalmente las imágenes que uno ve de la Patagonia son de la cordillera. Lo que yo no sabía es que la Patagonia es realmente un lugar semidesértico en el que sólo hay arbustos, guanacos y algún ñandú de vez en cuando; y viento, MUCHO viento.

Familia de guanacos, los reyes de la patagonia
Familia de guanacos, los reyes de la patagonia

El glaciar Perito Moreno

El Calafate es un pueblo a 80 km del Perito Moreno. Allí nos encontramos con un par de chicos de Hong Kong con los que habíamos coincidido en Torres del Paine. Decidimos alquilar un coche entre todos, porque haciendo dedo nos arriesgábamos a llegar más tarde al parque y así, el transporte nos salía más barato a los 4. Fue gracioso cuando el guardaparques, en la entrada, nos preguntó por nuestra nacionalidad y le respondimos que eramos un argentino, una española y dos de Hong Kong.

Incluso después de haber estado en Torres del Paine y haber visto el glaciar Grey, el Perito Moreno impresiona mucho. Pasear por las pasarelas que están a sus pies y oír y ver cómo caen grandes bloques de hielo es una experiencia única. El Perito Moreno es el único glaciar en el mundo que no está retrocediendo. Uno se siente muy pequeño delante de ese gran bloque de hielo.

Glaciar Perito Moreno
Glaciar Perito Moreno

Queríamos hacer una caminata por el glaciar, la caminata de varias horas era para gente que podía permitírselo. Nosotros hicimos el mini treking, algo que tampoco nos podíamos permitir, pero más asequible. Te llevan en barco hasta el glaciar y te explican su formación y el ciclo de formación y caída del puente que se forma cuando el glaciar llega a tocar tierra. La caminata dura una hora más o menos, pero la mitad del tiempo es para que la gente se haga selfies y se queje de lo difícil que es caminar con crampones por el hielo… Lo divertido es que al final te dan un whiskey “on the Perito Moreno rocks”.

Whiskey “on the Perito Moreno rocks”
Whiskey “on the Perito Moreno rocks”

A pesar de quedarnos con las ganas de adentrarnos más en el glaciar y hacer una verdadera caminata, la realidad es que tener la oportunidad de tocar y caminar por un gran glaciar es impresionante. Ver el color intenso de los ríos y pozos de agua que se forman al derretirse el hielo es algo que merece la pena. Uno puede beber el agua del glaciar y experimentar el sabor a agua pura, sin minerales ni sales de ningún tipo, como beber agua pura en un laboratorio de química.

El mítico Fitz Roy

Salir de Calafate a dedo en verano, cuando hay muchos mochileros haciendo lo mismo es algo complicado. Estuvimos unas 6 horas esperando, y justo cuando ya estábamos pensando en agarrar un autobús, aparecieron un par de tipos que querían compañía para no dormirse. Fue una casualidad cruzarnos con ellos en el camino, porque iban a trabajar al Chaltén y de camino pararon en un observatorio de la época de Perón abandonado. El observatorio estaba vacío por dentro, pero fue curioso ver los restos de un observatorio antiguo.

Observatorio abandonado en la Patagonia
Observatorio abandonado en la Patagonia

Llegar al Chaltén en un día despejado y ver el Fitz Roy presidiendo la cordillera es un regalo, lo normal es que esté nublado. El Chaltén es la capital nacional del trekking, hay miles de senderos y varios lugares de acampada libre, el lugar perfecto para los amantes de la montaña. Aprovechando el buen tiempo acampamos para subir a los pies del Fitz Roy. Nada nos hizo pensar que al día siguiente amaneceríamos bajo nieve.

Cómo recorrer media patagonia en un día

Al final decidimos volver al pueblo para escapar de la tormenta de nieve. Mientras pensábamos si quedarnos a esperar que cambiara el tiempo o volver a Buenos Aires ya para pasar las Navidades, vimos un anuncio de un tipo que iba con sus hijos a Puerto Madryn al día siguiente y ofrecía dos lugares para compartir gastos. Eso nos suponía hacer medio camino a coste de nafta compartida, así que no nos lo pensamos dos veces. Y menos después de conocer a Pedro y sus hijos, nos dejó dormir esa noche en un quincho en su casa para salir temprano al día siguiente.

El Fitz Roy desde la ruta
El Fitz Roy desde la ruta

Ese día hicimos 1200 km en 14 horas y llegamos a Bahía Bustamante, cerca de Puerto Madryn. Ya me voy acostumbrando a los viajes largos, pero como española me sigue chocando viajar tantas horas seguidas en medio de la nada. Los argentinos se ríen cuando les cuentas que en un viaje de Madrid a Asturias de 5 horas paramos en medio a tomar un pincho de tortilla y descansar.

Acampamos con Pedro y sus hijos cerca de Bahía Bustamante, un pueblo de cuatro casas contadas en el que se dedican principalmente a la recolección de algas. Al día siguiente fuimos a visitar una pingüinera en Camarones, justo lo único que nos había faltado por hacer hacía un par de meses cuando habíamos estado en Puerto Madryn. A veces cuando uno viaja se dan estas lindas coincidencias. La pingüinera famosa y grande está en Punta Tombo, pero merece la pena ir a Camarones ya que la visita es gratuita, el acceso fácil y la cantidad de pingüinos sigue siendo muy grande. Hacía poco que habían nacido los pollitos y era gracioso verlos, la verdad es que los pingüinos pequeños son despeluchados y feúchos, pero muy monos.

Pingüinera cerca de Camarones
Pingüinera cerca de Camarones

Y llegamos a dedo a Buenos Aires!

El camino hasta Buenos Aires lo hicimos a dedo a base de camiones escuchando leyendas sobre el gauchito Gil y la Santa correa, y durmiendo en casa de familiares en el camino.

Al final llegamos a Buenos Aires, y pasé mis primeras Navidades y año nuevo en verano. Se echa de menos el jamón, las uvas y los platos calientes de mamá, pero es bonito poder estar en familia al otro lado del charco en estas fechas. Este año celebramos la llegada del 2018 dos veces, primero tomamos las 12 uvas tradicionales por Skype a las 8 de la tarde y después brindando a las 12 de la noche en Saldungaray.