Diario de viaje

Ecuador, Ama la vida

14 noviembre, 2018


Toda la costa peruana es completamente desértica, pero eso cambia totalmente al entrar en Ecuador. Este país nos recibió con un paisaje de color verde intenso, plantaciones infinitas de diferentes tipos de plátanos, y una iguana enorme cruzando la ruta. Y es que el eslogan de Ecuador es “Ama la vida”. Es uno de los países con más biodiversidad del mundo.

Primer parque natural

Nuestra primera parada en Ecuador fue la reserva ecológica Arenillas. Allí nos recibieron unos simpáticos guardaparques y coincidimos con nuestros amigos Ciclovoladores, con los que hemos ido coincidiendo a lo largo del viaje. No era la mejor época para visitar el parque, el bosque estaba bastante seco, pero en época de lluvia debe ser precioso. Sin embargo, para cualquier viajero es un buen lugar para parar. Es un lugar tranquilo, tienen ducha y electricidad. Lo mejor de todo es que es ¡gratis!

Reserva Ecológica Arenillas
Reserva Ecológica Arenillas

Loja

Nuestra siguiente parada fue la ciudad de Loja, una ciudad pequeña y tranquila en la que estuvimos con otros viajeros en el parque Jipiro, un parque precioso con edificios de distintos lugares del mundo. Hay desde una mezquita, hasta el big ben, pasando por una catedral rusa. El centro de la ciudad es colonial, con lindas casas de intensos colores.

Calle Lourdes en Loja
Calle Lourdes en Loja

Parque nacional El Cajas

El parque nacional de Cajas es un lugar increíblemente hermoso. Hay 786 cuerpos de agua, entre lagunas y humedales. Hicimos una ruta de 5 horas y tuvimos la oportunidad de ver unas cuantas. Nunca habíamos visto tantas lagunas en un mismo sitio. Cada una de ellas es única. Un lugar que no te puedes perder si vienes a Ecuador.

En nuestra caminata atravesamos un bosque de árboles de piel (o quinoa). Era un bosque precioso, los árboles se llaman así porque realmente parece que se les cae la piel a trozos.

Parque Nacional El Cajas
Parque Nacional El Cajas

Acogiendo a un astrónomo aficionado en Cuenca

Cuenca fue un lugar especial en nuestro recorrido. Hacía tiempo habíamos conocido por las redes sociales a Mochila Astronómica, Él es un chico venezolano, astrónomo aficionado, que trabajó muchos años en el planetario de Caracas. Él salió con su mochila de Venezuela, hacia el sur, divulgando astronomía. Nosotros viajamos hacia el norte, y Cuenca fue donde nuestros caminos se cruzaron. Nuestra misión es la misma, viajar y divulgar ciencia, así que decidimos unir fuerzas en esta ciudad.

Él se llama Bryant, o “el Bryant” como él mismo se presenta. Él no tenía donde dormir, así que esta vez fuimos nosotros los que acogimos a un astrónomo. Le dejamos la parte de delante de nuestra kombi un par de días, hasta que encontró a alguien que le acogiera en un lugar más cómodo. Lo mejor de acoger a un venezolano, es que te hace arepas para cenar 🙂

Nos encantó su alegría y desparpajo a la hora de hablar con la gente. Si vino gente a las conferencias que dimos, fue todo gracias a él.

Con Mochila Astronómica
Con Mochila Astronómica

Conocimos la Cuenca Burrocrática

Bryant había contactado con el planetario de la ciudad hacía más de un mes, y no recibió respuesta. Al llegar a la ciudad le dijeron que debido a la burocracia no le podían ofrecer alojamiento y comida, lo que ambos pedimos a cambio de nuestras charlas. Sin embargo, nos dejaban el espacio para impartirlas. Cuando nos ponen obstáculos burrocráticos, normalmente seguimos camino. Pero teníamos ganas de hacer algo con Bryant, así que nos quedamos.

Ni el planetario ni el municipio movieron un dedo para ayudarnos. De hecho, la sección de cultura del municipio compartió nuestro evento sin poner si quiera nuestros nombres o mencionar nuestros proyectos. Obviamente, sí mencionaban al alcalde de turno. Nosotros vimos explícitamente, como una de las empleadas del planetario enviaba los detalles del evento a la sección de cultura con nuestros datos. Hay que tener mucho morro para apropiarse de esta manera del trabajo ajeno.

Maria Paz, una de las empleadas del planetario nos trató amablemente y ayudó con lo que pudo. Pero otro de los hombres que trabajaba allí no paró de ponernos trabas y malas caras. Supongo que gente incompetente y estreñida la hay en todas partes.

Como vimos que nadie iba a ayudarnos, pasamos el día anterior a las conferencias en frente del planetario invitando a la gente a asistir. La gente que se encarga de manejar el parque quiso echarnos por no tener permiso. Maria Paz nos ayudó y dijo que estábamos en terreno del planetario, el otro hombre, ese que os comentaba era simpatiquísimo (ironía on), se puso de parte de la gente del parque.

Pero también la Cuenca humana y acogedora

A pesar de la burrocracia y la poca ayuda que recibimos por parte de la gente local, triunfó la ciencia y pudimos dar nuestras charlas. No vino mucha gente, ya que nadie nos apoyó decentemente con la convocatoria, y los que lo hicieron fue gracias a la labia de Bryant. Dimos varias conferencias, entre las que hubo una observación nocturna en la que pudimos ver a saturno entre las nubes.

En las charlas conocimos primero a Conie, que nos ofreció una ducha y a Bryant un lugar para dormir. Y después conocimos a Pedro, un chico que quiere estudiar física y nos invitó a todos a su casa. Lo que más ilusión me hizo fue poner la lavadora y la secadora en su casa. Después de mucho lavar a mano, no sabéis lo que se echa de menos una lavadora y una secadora.

Observación Nocturna
Observación Nocturna

Así que, aunque las autoridades o establecimientos públicos locales no acompañen, siempre encontramos buena gente o amantes de la ciencia dispuestos a echar una mano.

Un gran espacio desaprovechado

Hablamos con el director del planetario sobre nuestra experiencia, él se disculpó y nos contó la situación. Antiguamente trabajaba en el planetario astrónomos aficionados como él. Gente que sabía de astronomía, aficionados que realizaban eventos y hacían divulgación. Sin embargo, con el cambio de gobierno los echaron y pusieron a gente que no sabe ni enchufar un proyector. El director no tiene poder sobre los empleados, ni presupuesto para hacer nada. Además, cada vez que organiza algo lo hace prácticamente sólo y la burocracia es infinita. Se le veía cansado y con ganas de jubilarse.

Planetario de Cuenca
Planetario de Cuenca

Por un lado, entendemos que algo de burocracia es necesaria. Nos contaron que Ecuador, antiguamente era muy corrupto y muy desordenado como Perú. Para que las cosas funcionen tiene que haber unas normas y un cierto papeleo, pero no puede ser que eso mismo impida hacer cosas y divulgar ciencia. Además, Bryant intentó seguir ese camino de la burocracia y nadie le contestó ni movió un dedo.

La verdad es que es una pena que un espacio tan lindo y con tanto potencial funcione tan mal. A día de hoy, el planetario se limita a proyectar cada hora un video, cuando hay más de 10 persona. Es un planetario muy bonito y llamativo en el centro de la ciudad, en un parque por el que pasa mucha gente. Podrían hacer grandes cosas, pero no hacen nada. Como dice Bryant en su blog «un planetario es una ventana hacia el universo y el conocimiento».

Un gran laboratorio de física

También nos invitaron al colegio Rosa de Jesús Cordero. Nos invitaron a comer y a dar nuestras charlas. Es un colegio de monjas sólo para chicas. Al llegar ya te das cuenta de que la gente que lleva allí a sus hijas hambre no pasa. Parecía una universidad de Estados Unidos. Y más asombroso todavía fue ver el laboratorio de física. Tenían varios experimentos de física, proyectores táctiles hipercaros y varias pantallas planas. En mi opinión, un poco absurdo tanto derroche, hubiera gastado todo ese dinero de los superproyectores y las pantallas planas en algo más útil.

En ese laboratorio Pablo Tenesaca realiza una actividad extraescolar sobre ciencia y astronomía, de lunes a jueves dos horas cada día cuando las chicas salen de clase. Es admirable la labor que hace Pablo con estas chicas, se las veía muy entusiasmadas con la ciencia. Nos contó que antiguas alumnas habían ganado concursos con proyectos que habían hecho. Y es que los proyectos no eran algo pequeño, por ejemplo, lanzaron el primer globo sonda del país.

Laboratorio de física del Colegio las Catalinas
Laboratorio de física del Colegio las Catalinas

Algo que no nos gustó del lugar es que no colaboraron nada con nuestro proyecto ni el de Bryant. Y teniendo en cuenta el alto poder adquisitivo de la gente del lugar, y que el taller al que fuimos a dar nuestras charlas es de pago, no nos pareció bien. Uno podría pensar que el que más tiene, más da; pero hemos aprendido que no siempre es así. Por otro lado, entiendo que la monja que dirige el colegio no es muy fan de la ciencia, le cerró el laboratorio a Pablo durante tres meses.

Una experiencia controvertida

Nuestro paso por Cuenca fue una experiencia controvertida, pero aprendimos mucho. Como siempre, nos quedamos con las partes buenas. Conocimos a Bryant, unimos fuerzas, y aprendimos mucho de él. Conocimos a personas que nos ayudaron desinteresadamente. Y pasamos una semana en una linda ciudad colonial. Como la Cuenca de España, a esta Cuenca también la atraviesan ríos con lindos paseos. Una de las cosas que más nos gustó de la ciudad fue el museo Pumapungo, dónde una exposición etnográfica te habla sobre la diversidad de culturas del país.

Cuenca
Cuenca