Ser española y empezar un viaje por Latinoamérica en Argentina, es fácil. Es un país en el que me he sentido como en casa. La cultura y las costumbres son muy parecidas. Y es que muchos argentinos tienen raíces españolas e italianas. Que Ángel sea argentino y haber empezado el viaje y el proyecto con su familia también ha facilitado las cosas. Los ricos asados, los deliciosos helados y las facturas de dulce de leche también han ayudado.

Dios atiende en Buenos Aires

Lo primero que hay que entender de Argentina es que una cosa es Buenos Aires, y otra cosa el resto del país. Buenos Aires es una gran ciudad que, contando sus alrededores (el cono urbano) suponen más de un tercio de la población del país. Se dice que Dios está en todas partes, pero sólo atiende en Buenos Aires. Y es que es un país muy centralizado. Para ciertos asuntos médicos o de papeleo, no es raro que alguien de la provincia de Río Negro o Santa Cruz tenga que hacer miles de kilómetros para ir a Buenos Aires.

Relatos salvajes

Antes de venir a Argentina vi Relatos Salvajes, una película de Ricardo Darín muy recomendable y divertida. Viendo la película uno piensa que exageran. Pero después de pasar medio año en este país, creo que la película se queda corta, la realidad supera la ficción. Conducir por Buenos Aires es de locos, la gente se grita y se putea. Cualquiera de ellos podría ser un Bombita Darín en potencia.

En este país la justicia es tan lenta que podríamos decir que no existe. La gente no confía en la justicia, y así es difícil que un país avance. Nos han contado casos de padrastros que abusan de sus hijas sin que pase absolutamente nada.

Che, boludo

Antes de venir a Argentina sabía que decían boludo, pelotudo y che. Lo que no me esperaba era que el lenguaje fuera tan diferente. Al principio me costaba entender muchas cosas. Pero ahora ya me pongo remeras en lugar de camisetas, buzos en lugar de sudaderas, medias en lugar de calcetines; manejamos en auto por rutas en lugar de conducir el coche por carreteras; las cosas son lindas y hermosas en lugar de bonitas y preciosas; como bananas, paltas y papas en lugar de plátanos, aguacates y patatas; al auto le echamos nafta en lugar de gasolina; uso celular en lugar de móvil,… Y el colmo es cuando le dan la vuelta a las palabras, el lunfardo, y en lugar de decir mujer te dicen jermu. Y es que no en vano hay un libro llamado Che boludo, en el que explica todo ese vocabulario a los extranjeros que creen que saben español y vienen a Argentina.

Kilómetros de nada

Antes de venir a Argentina sabía que quería ver el Perito Moreno y las cataratas del Iguazú. Pero hay mucho más que eso. La gente que viene a este país y va en avión de un lugar a otro se pierde la esencia de este país. Lo que más me ha sorprendido es que este país son kilómetros y kilómetros de nada. Eso sí, todo vallado y con propiedad. Al sur la Patagonia, en su mayoría, es una zona inhóspita y semidesértica. Un poco más al norte, es todo campo y vacas. Sólo cuando llegas bien al norte empiezas a encontrar un pueblo tras otro.

De Ushuaia a la Quiaca

Hemos recorrido el país de sur a norte dejándonos algunas provincias, a las que nos gustaría ir cuando podamos. Hemos ido de Ushuaia a la Quiaca en medio año.

Yo me he enamorado de cada una de las provincias y lugares que hemos visitado. De los campos y aves de la provincia de Buenos Aires. De los canales de Río Negro. Del mar y las Ballenas de Chubut. De las montañas y glaciares al lado del mar de Tierra del Fuego. De los inmensos glaciares y montañas de Santa Cruz. De los esteros y los carpinchos de Corrientes. De la tierra colorada de Misiones. De la cultura y los meteoritos del Chaco. De las empanadas y la historia de Tucumán. De las quebradas y valles de Salta. Y de los cerros de colores de Jujuy.

Asado, mate y helado

La base de la dieta argentina es la carne, y su comida favorita el asado. Y toman a todas horas mate MUY caliente, como tomar lava volcánica. Cuando llegué no era capaz de tomar la lava volcánica, me quemaba con el mate. Pero parece que ya se me ha insensibilizado la lengua como a ellos. Lo que más he disfrutado es de comprar helado por kilos y de las facturas con dulce de leche. Comía tanto helado en Buenos Aires que mi querido tío putativo me escribía «tóxico» en los helados.

Cuadras y próceres

Lo que me gusta de Argentina es que es imposible perderse en las calles de sus pueblos y ciudades. Sus calles son cuadrículas, y en cada cuadra hay cien números. Cuando alguien te da una dirección es muy fácil orientarse. Además, la avenida principal siempre es la San Martín. Y el resto de las calles principales suelen ser Belgrano, Sarmiento, Güemes y otros de los próceres argentinos.

Patriotismo, bandera y Malvinas

El argentino es argentino a muerte, y es que ya en la escuela todo está envuelto en un halo de patriotismo. Son muchas las escuelas que izan y bajan la bandera todos los días cantando el himno nacional. Además de jurar la bandera y cantar el himno de la bandera y el de las Malvinas en ocasiones especiales. Esto último lo he presenciado y me pareció horrible ver cómo se militarizaba la escuela sin ninguna necesidad.

Como española me sorprende mucho el patriotismo argentino. Me sorprende que alguien de Jujuy, tan distinto de un porteño o de un estanciero de la Patagonia, se sienta igual de argentino que ellos. Por un lado me gusta, no me gusta la división que hay en España. Pero por otro lado, el patriotismo me parece un poco lavado de cerebro.

Leyendas argentinas

A lo largo del viaje nos han contado muchas historias y leyendas argentinas. Dos de ellas la del Gauchito Gil y la Santa Correa, con los que te encuentras en todas las rutas de norte a sur del país. También hemos oído leyendas tehuelches, como la del monstruo Go. Un ser terrestre al que desterraron al mar, hasta convertirse en la ballena actual. Esta me gustó especialmente, porque ya en la antigüedad creían en la evolución, cuando hoy en día hay todavía gente que la niega.

Argentina y sus realidades

Es imposible hablar de Argentina sin hablar de política. Todo es política en este país. Vas al médico e inmediatamente sabes a quién vota. O estas con los Kishner o contra ellos. La política dividió a la sociedad argentina durante años, hizo que amigos e incluso familiares se odiaran por apoyar a unos o a otros. Parece que hoy en día el odio ha disminuido. Parece que la gente ya se ha dado cuenta de que son todos iguales. Unos roban por aquí y otros por allí, unos dan más aquí y otros más allí, pero todos piensan en el poder y en ellos mismos.

Además, todos los políticos gobiernan en y para Buenos Aires, parece que no existe nada más. Tampoco se atiende a la gran diversidad cultural del país, hay muchos grupos aborígenes distintos, con distintas lenguas y costumbres. Y en lugar de proteger y fomentar la diversidad cultural están dejando que se olviden.

Argentina tiene muchas realidades distintas. Es completamente diferente la realidad del porteño, de la del estanciero de la Patagonia, de la del ganadero de la Pampa, de la del guaraní de Misiones, o de la del Jujeño.

El deporte nacional

En el caso de Argentina el fútbol es el opio del pueblo. El argentino le exige más a un futbolista que a un político. Es impresionante ver como en un partido de Argentina en el mundial no hay nadie por la calle. Los vigilantes no vigilan, los vendedores no venden, incluso las clases se suspenden para ver el partido.

El argentino economista

El estereotipo de que la mayoría de argentinos son psicólogos, ¡es cierto!. Y sino, el argentino es abogado o contable. Y algo de lo que todo argentino entiende es de economía. Es increíble como la gente hace cuentas con dinero, compra y ahorra en dólares y te vaticina cuánto va a costar algo dentro de un mes. Porque algo hoy te cuesta veinte pesos, pero en un mes te va a costar veinticinco. La inflación es algo muy loco que no he terminado de entender.

En la crisis de 2001 mucha gente se quedó sin nada. Y desde entonces, la gente está acostumbrada a que los precios no paren de subir. La gente paga las cosas a plazos, incluso una compra cualquiera de supermercado. Porque la cuota de hoy, dentro de un tiempo le va a suponer menos dinero. Supongo que también por todo esto, el argentino está acostumbrado a buscarse la vida. Nos hemos encontrado con mucha gente con varios empleos, o con un empleo fijo y después hace otra cosa para sacar algo de dinero.

Además de economista, el argentino es paciente (cuando va al banco, cuando conduce no) . He llegado a hacer dos horas de cola para sacar dinero de un cajero. Y es que es lo más normal del mundo ver una fila muy larga en frente de cada cajero y de cada banco. No es raro que el cajero no tenga dinero, o que de cuatro cajeros automáticos funcione uno. No termino de entender por qué los bancos funcionan tan mal. Y más cuando por ejemplo Santander o BBVA son bancos españoles que allí funcionan estupendamente.

¿Es inseguro Argentina?

Buenos Aires es una ciudad muy insegura, y las grandes ciudades como Córdoba y Rosario también. No en vano tienen una palabra para alguien que va en moto y te roba, motochorro. La gente va al banco a sacar dinero con miedo. Todo el mundo tiene un plan de acción para cuando llega a su casa y abre la puerta o mete el coche en el garaje. Tampoco es recomendable ir sólo por la noche.

A lo largo del viaje nos hemos encontrado mucha gente de Buenos Aires viviendo en diferentes zonas de Argentina, huyendo de la inseguridad de la ciudad. Y es que en el resto del país no hay tanta inseguridad. Pasarán cosas y habrá mala gente como en todas partes, pero no diría que hemos estado en sitios inseguros. Hemos paseado por Ushuaia o Salta de noche sin ningún problema. Y por todo el norte argentino hemos aparcado y dormido en plazas o en medio de la nada sin problemas.

Educación argentina

Hemos estado en muchas escuelas del país y la situación de la educación no nos ha dejado indiferentes. No me esperaba que la educación pública estuviera tan mal. La situación de los maestros me ha parecido horrible. Es normal que un maestro trabaje en varias escuelas y en pueblos distintos. Por la mañana aquí, por la tarde en el pueblo de al lado, y los días impares a una hora de camino. Así es imposible que haya un claustro con unos objetivos y una meta en común. Y hacen esto porque trabajando sólo en una escuela no ganan lo suficiente como para vivir. Los maestros van de un lado a otro corriendo y así no tienen tiempo de involucrarse con los estudiantes. Aunque hemos conocido a muchos maestros con vocación, que pese a las dificultades sacan tiempo y hacen cosas por que las cosas mejoren.

Algo que me ha sorprendido es la figura del preceptor, que me parece totalmente innecesaria. Es el que pasa lista, hace de mediador entre los alumnos y el profesor y prepara las actas con las notas. No creo que deba haber nadie que medie entre el alumno y el profesor, debe ser una relación directa.

La situación no es igual en todas las provincias, ni en todos los lugares. Pero la situación general es que las cosas no van bien. Los chicos cada vez estudian menos, e incluso al que estudia y hace la tarea se le margina.

Por suerte es una situación que no ha llegado a la Universidad. La Universidad argentina sigue siendo pública y de buena calidad. Lo que hacen antes de entrar a ella es un curso de ingreso, llamado CBC, para igualar el nivel de la gente que viene de todos los lugares del país.

Música entre cumbia, rock y folclore

Durante el medio año que hemos estado en Argentina hemos escuchado y bailado su música. Cuando uno sale de noche a bailar lo que escucha es principalmente cumbia. Y en el norte, Tucumán, Salta y Jujuy se escucha mucho folclore. Hemos disfrutado de las sambas y aprendido a bailar chacareras. En el viaje también hemos escuchado rock nacional, nos hemos encontrado con algún fan incondicional de los piojos.

Mi querida Argentina

Durante los seis meses que he viajado por este país me he enamorado de cada uno de sus hermosos rincones. He disfrutado con sus paisajes y he aprendido mucho de su gran diversidad cultural. He hecho muchos amigos y me voy con recuerdos inolvidables, sabiendo que volveré.