Diario de viaje

Todo comienza en un pequeño pueblo llamado Saldungaray

5 octubre, 2017


Empezamos el viaje en familia

Como buenos científicos intentamos hacer las cosas de manera clara y sencilla. Y qué mejor manera de empezar este proyecto que junto a la familia. La familia materna de Ángel es de Saldungaray, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires.

Nuestro viaje comenzó el 20 de septiembre, volamos de Madrid a Buenos Aires. Aprovechando una celebración familiar en el pueblo viajamos en coche unas 8 horas al sur. Jamás había visto tanta llanura, con razón Ángel se reía de mí cuando le decía que León (España) es llano. Ocho horas de coche viendo infinitos praos verdes inundados por el agua, y vacas. Sabes que estás llegando a Saldungaray cuando empiezas a ver montañas, la sierra de la ventana. No hemos tenido tiempo de ver Buenos Aires, volveremos a pasar las Navidades y espero poder verla con calma.

Disfrutando del paisaje
Disfrutando del paisaje

Las primeras semanas en Saldungaray se han pasado volando. Hemos estado ocupados disfrutando con la familia, terminando la página web y las presentaciones para las charlas. Y la última semana dando charlas en el Fortín Pavón, del cual nos llevamos un gran recuerdo.

Cada vez más gauchos

Ángel poco a poco va recuperando su argentinidad, la tenía baja el pobrecito. Yo también me estoy argentinizando, ya tomo mate como una más. Aunque alguna que otra vez me quemo la lengua… Yo creo que los argentinos no tienen sensibilidad en la lengua, podrían beber lava volcánica sin inmutarse. También comemos muchos alfajores y dulce de leche. Es el país del dulce de leche y los helados que se venden por kilos en cualquier sitio. Me voy acostumbrando a palabras nuevas, digo celular, acá y allá, me pongo remeras y camperas en vez de camisetas y chaquetas, e intento no decir coger. Hay muchas expresiones que no conozco y a veces entiendo lo que no es, Ángel se ríe de mi. Lo mejor de todo es cuando preguntas qué es algo, y te contestan con otra palabra que no tienes ni la más mínima idea de dónde viene.

Ángel a Caballo
Ángel a Caballo

La primera noche aquí, fuimos a ver el cielo. Hay poca contaminación lumínica y la vista es espectacular. Las nubes de Magallanes se veían a simple vista y también vimos alguna estrella fugaz. Hay muchas constelaciones que no conozco, y las que conozco se ven al revés. Poco a poco me iré acostumbrando y reconociendo más constelaciones.

Aves de Colores y otros animales

La vida en el campo nos trata bien, comiendo asado y dando paseos a caballo no nos podemos quejar. Me ha sorprendido la cantidad de aves distintas que se ven y sus colores llamativos. He visto cabecitas roja, teros, loros,… Pepe (tío de Ángel) nos ha llevado de excursión con la camioneta y hemos visto armadillos, zorros, avestruces, nutrias y flamencos. Me encanta ver animales en libertad que no conozco y nunca había visto, como los flamencos y los armadillos. También hemos conocido a gente del campo, gente muy humilde y en general muy callada que llevan siempre cuchillo en el cinturón.

El último fin de semana Pepe nos llevó también a la celebración de los 50 años de su escuela en Darregueira (Instituto Agrotécnico San José Obrero), fue curioso asistir a un asado multitudinario y ver el colegio donde fue pupilo. Nos enseñaron el laboratorio donde hacían clonación de plantas y el invernadero. Y después del asado tomamos mate y vimos folclore. Los argentinos saben pasarlo bien y disfrutar de la vida.

Asado en Darregueira
Asado en Darregueira

Primer intento de subir a la ventana

Intentamos un día subir al cerro de la ventana, pero no nos dejaron. Por lo visto desde hace unos años sólo se puede subir con guía en los grupos que salen a las 9 de la mañana. La visita dura 6 horas y hay que pagar al guía. La verdad es que no nos pareció muy bien. Es una montaña de 1300 metros en la que no hay pérdida en un día despejado. Estamos muy acostumbrados a hacer rutas de montaña y no tardaríamos 6 horas en hacer esta ruta. Pagamos la entrada al parque, 50 pesos, y fuimos hasta unas piletas naturales muy bonitas. No nos ha gustado que haya que ir con guía y eso nos ha quitado las ganas de volver, es algo montado para sacar dinero a los turistas y no para disfrutar de la montaña. Volveremos a intentarlo cuando no sea necesario subir con guía.

Mirador de la ventana
Mirador de la ventana

Muchas gracias a Pepe, Rosario y Claudia por habernos llevado de excursión y habernos enseñado la zona 🙂

Continuamos con nuestro viaje hacia el sur, hacia Valle Medio del Río Negro. Podéis ir viendo cómo va avanzando nuestro recorrido.

Podéis ver más fotos de estos días en nuestra galería de Facebook.